Platón declaró que las emociones eran caballos salvajes que tenían que ser refrenados por el cochero del intelecto. Descartes dijo “Pienso luego existo”. Durante siglos el hombre ha valorado lo racional y despreciado lo emocional e instintivo como algo inferior y propio de los animales no humanos.
Lo que socialmente parecía realmente sano o inteligente hace 30 años no es lo mismo que pensamos ahora.
En la última década se ha escrito de manera prolífica sobre el tema de las emociones. Parece que después de siglos de supremacía de lo mental, lo emocional a eclosionado. Como dice Biskerra (2.009), “hay elementos que inducen a pensar que a partir de la ultima mitad de los años noventa se ha iniciado una revolución emocional”[1]. Las aportaciones de la neurociencias, el aumento de estudios científicos, la difusión del concepto de Inteligencia emocional en el mundo empresarial, la inclusión de las competencias emocionales dentro del currículum escolar, la prolifereación de la psicología llamada “positiva” mas centrada en el bienestar que en el malestar, las aplicaciones emocionales al marketing, son ejemplos de este despertar a una nueva visión del ser humano.
a. Concepto de inteligencia emocional
El concepto de inteligencia emocional (IE a partir de ahora) surge con Salovey y Mayer (1990) y se difunde de forma generalizada con Goleman (1995).
Según Mayer y Salovey (1997), “La inteligencia emocional incluye la habilidad para percibir con precisión valorar y expresar emoción; la habilidad de acceder y/o generar sentimientos cuando facilitan pensamientos; la habilidad de comprender la emoción y el conocimiento emocional y la habilidad de regular las emociones para promover crecimiento emocional e intelectual”[2]
Según Goleman (1.995)[3] la IE abarca cinco competencias generales agrupadas en dos. El desarrollo de estas competencias, según este autor, asegura el “éxito[4]” en la vida personal y profesional.
A.- Inteligencia Intrapersonal
B.- Inteligencia interpersonal
Estas competencias que ha descrito de forma detallada en su libro “la práctica de la inteligencia emocional” han sido la inspiración para la proliferación de programas formativos para entrenar a las personas en esas habilidades.
b. La salud emocional según la Gestalt
Cualquier escuela terapéutica o formativa tiene en el fondo unas creencias sobre lo que considera inteligencia o salud emocional. Esta concepción se suele expresar en términos como normal-anormal, normal-patológico, correcto-incorrecto, sano-neurótico, bueno-malo, constructivo-destructivo, adecuado-inadecuado, funcional–disfuncional, adaptativo-desadaptativo, positivo–negativo, etc…
Cuando yo escucho estas palabras se me despierta cuanto menos cierta suspicacia. Según mi opinión, cualquier modelo extrínseco, o sea, definido desde fuera de uno mismo, que desee transmitir como las personas nos hemos de comportar o sentir puede convertirse más que en un catalizador de potencialidades humanas en un nuevo moralismo (perro de arriba) que más que favorecer el crecimiento desarrolle el enojo.
Recuerdo la demanda de un departamento de una Institución que quería que impartiese un curso de IE para su personal. Cuando realicé la entrevista de detección de necesidades me explicaron que se trataba de personas que recogían llamadas telefónicas y atendían las quejas de los usuarios del servicio. Me explicaron que estaban muy quemados e insatisfechos con su trabajo y de las condiciones en las que lo realizaban. Querían ofrecerles un curso de IE para desarrollar en ellos una actitud más positiva que les permitiera sostener mejor la situación. Les aclaré, con buenas palabras, que la IE no necesariamente les amansaría sino que quizás, al contrario, los enfurecería. Que si escuchaban sus emociones tal vez les empujarían a acciones no deseables para la dirección.
Según Peñarrubia “la salud en contraposición al término de neurosis es recobrar la sabiduría natural del organismo o autorregulación organísmica” [5] Claudio Naranjo denomina a esto disolución del ego y asocia la salud con el mayor o menor grado de conciencia: desde lo más oscuro (psicosis) hasta lo más luminoso (salud).
Albert Rams[6], releyendo los escritos de Perls, remarca tres criterios básicos de salud:
La conciencia de ser va en la línea de desidentificarse de cualquier aspecto particular de uno mismo. Recobrar las partes desposeídas de la personalidad. Dejar patrones viejos y crónicos estereotipados. Vaciar la mochila de asuntos inconclusos que nos impiden vivir el presente y desarrollar la “capacidad de ser nada” en referencia al término “ nothingness” de Frtiz Perls.
Respecto al ritmo del contacto. Será pleno si da lugar a un verdadero contacto y una verdadera retirada, será fluido y adecuado si el individuo deja sus programas prefijados y actitudes rígidas y se adapta continuamente a un entorno siempre cambiante.
“Cuando el individuo está congelado en su modo caduco de actuar, está en peores condiciones para enfrentar cualquiera de sus necesidades de sobrevivencia, incluyendo sus necesidades sociales….” [7]
Pasar del hetero-apoyo al auto–apoyo supone el aprendizaje de caminar sobre los propios pies, solicitando del entorno lo verdaderamente necesario en una perspectiva de interdependencia sin manipulaciones. El autoapoyo, maduración o destino final, como compuesto de “… disminución del apoyo ambiental, aumento de la tolerancia a la frustración, y desmoronamiento de roles infantiles y adultos…” [8]
En la misma línea, personalmente, me resisto a cerrar el concepto de Inteligencia o salud emocional en forma de normas o introyectos de cómo las personas hemos de ser y actuar. Más bien, la entiendo como un consciente permitir que el organismo actúe sin demasiadas interferencias mentales. En otras palabras el desarrollo de todas las facetas de nuestro experienciar.
[1] Bisquerra (2009) pag140
[2] Según Bisquerra (2009) pag 128
[3] Goleman (1995) pag 43-44
[4] Me pregunto y suelo preguntar en mis cursos ¿Qué es el éxito?
[5] Peñarrubia (1998). Pag. 115-118
[6] RAMS, Albert 2.008 artículo sobre salud y enfermedad en terapia http://gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/salud-y-enfermedad-en-terapia-gestalt
[7] Perls, F. (1976) . P.37 Según Rams en el artículo especificado anteriormente
[8] Perls., F (1974) P. 69. Según Rams en el artícu lo especificado anteriormente
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Jordi Sales. Psicólogo Barcelona. Col.3.306. Os atenderé personalmente en:
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