Lo primero es elegir un lugar, un espacio en el que vamos a iniciar la exploración del sueño (escenario onírico). 

Quien acompaña invita a cerrar los ojos y dirige un centramiento buscando un estado interno de presencia y apertura,  es decir de calma, conexión, atención sutil y apertura al campo.

Fase 1: Invitación a relatar el sueño tal cual como al soñante le surja. 

Se le pide relatar el sueño tal y como lo recuerda. Sea completo, fragmentos del mismo o tan solo una imagen.

Fase 2: Traer el sueño al ahora  y  vivenciarlo:

Relatar pausadamente el sueño en presente y en primera persona, como si estuviera sucediendo en este preciso momento. El acompañante pregunta al soñante sobre los detalles de todo lo que ve: lugar, objetos, paisajes, … y observa y pregunta sobre sus resonancias emocionales-corporales al revivirlo.

 Si es muy largo se elige intuitivamente un fragmento que se observe emocionalmente relevante. 

Fase 3: Relatar por fragmentos  y añadiendo la frase “ y esta es mi existencia “ o “ y esta es mi vida”o “esto soy yo” , … 

 Se trata de que el soñante se deje impactar, desde la presencia y la apertura, por la narración y elementos del sueño. Que surjan espontáneamente puntos de resonancia del sueño con la vida presente del soñante. Es importante sostener espacios de silencio donde se puedan reflejar y expresar  asociaciones entre el sueño y la vida presente del soñante. Ya sea en forma de ecos emocionales,  corporales,  imágenes o pensamientos que le vengan. 

Fase 4: Elegir y ubicar en el espacio 2 o 3  elementos del sueño

Se seleccionan los elementos en función de las resonancias que hayan suscitado, del carácter sorpresivo del elemento, por su pertenencia a posibles polaridades en conflicto, por tratarse de un elemento obviado o ignorado. 

Los elementos pueden ser lugares, objetos, animales, personas, espacios, emociones, estados, etc … Se ubican cada uno en un espacio diferente (2 o tres sitios más el espacio del soñante) mediante almohadones, papeles de colores, sillas, o otros elementos, …

Fase 5: Encarnarse en cada uno de los elementos (identificación) :

El acompañante invita a situarse encima de la ubicación espacial de cada elemento, a cerrar los ojos, colocar el cuerpo como si fuera él , a identificarse y empatizar con el elemento: Yo soy un/a  (casa, la carretera, Pedro, etc …), 

Se le anima a  «ser» cada elemento y se le hace preguntas del tipo: ¿Describe cómo eres tú siendo …? ¿Cuáles son tus cualidades siendo un…?¿Cómo es tu existencia siendo un…? ¿Cómo te sientes siendo un… ?¿ ¿Cuál es tu función en este lugar siendo un… ?  … se deja espacios de silencio y se detectan resonancias emocionales-corporales.

Se hace  lo mismo con cada elemento.

Fase 6: Diálogo entre elementos: 

Luego el acompañante sugiere dos elementos (en los que haya observado carga emocional) e invita al acompañado a establecer un diálogo entre ellos haciendo una silla caliente.  ¿Que veo de ti…..?, ¿Que siento hacia ti… ?, ¿Tu función aquí es….?  Que pregunten o digan lo que les venga. Van cambiando de silla para vivenciar el tipo de relación que se establece entre los elementos.  

Fase 7: Observar en tercera posición:

Se coloca a la persona en una posición nueva en la que vea todos los elementos. Observa desde ahí la globalidad: soñante,  tres elementos. El soñante y el acompañante ponen un título al sueño y lo expresan. 

Se deja reposar lo vivido y el soñante responde: 

“¿qué tiene que ver este sueño con lo que estoy viviendo actualmente?, ¿de que me doy cuenta?, ¿que mensaje expresa para tu existencia en este momento de tu vida?, ¿Qué puedes integrar en tu vida de cada uno de los elementos trabajados?

Desde ahí hacen una reverencia final de agradecimiento al soñante, acompañante y al material onírico.